El ‘Concordia’ enorgullece hoy a Italia Letta reivindica la tecnología que ha permitido reflotar el buque en una compleja operación La prioridad es ahora encontrar los restos de los dos desaparecidos FOTOGALERÍA Las imágenes del rescate GRÁFICO Reflotamiento del 'Costa Concordia' Pablo Ordaz Isla del Giglio 18 SEP 2013 - 00:44 CET Archivado en: Costa Concordia Naufragios Accidentes marítimos Italia Accidentes Europa occidental Sucesos Europa El 'Costa Concordia', tras el reflotamiento. / TONY GENTILYE (REUTERS) Recomendar en Facebook 10 Twittear 15 Enviar a LinkedIn 0 Enviar a Tuenti Enviar a Menéame Enviar a Eskup Enviar Imprimir Guardar Hace 20 meses, el naufragio del Costa Concordia fue una tragedia italiana. Dentro y fuera del país, el capitán Francesco Schettino se convirtió en la peor caricatura, la que hace aflorar los más crueles estereotipos sin conceder ninguna chance a las virtudes. Tal vez por eso, lo primero que dijo Franco Gabrielli, jefe de Protección Civil y comisario del Gobierno para el rescate, una vez que la nave quedó enderezada y fijada al fondo artificial, fue: “Estamos muy satisfechos. Toda la ingeniería es orgullosamente italiana”. Lentamente, desde las nueve de la mañana del lunes a las cuatro de la madrugada del martes, el buque Costa Concordia, una mole de 17 pisos y 114.500 toneladas, fue rotando hasta quedar vertical. Hubo que esperar al amanecer para comprobar lo que los ingenieros ya habían advertido al principio de la maniobra. El costado de estribor —el que durante los últimos 20 meses ha permanecido encallado junto a la isla toscana del Giglio— estaba seriamente dañado. Será por tanto más difícil colocarle los enormes cajones que en la parte de babor ahora han servido para estabilizar el barco y después servirán para hacerlo flotar. Pero ese será el próximo problema, al que se unirán otros como decidir el puerto en qué será desguazado, pero ayer era el día de las celebraciones. El primer ministro, Enrico Letta, se apresuró a declarar: “Hemos demostrado a todo el mundo lo que es capaz de hacer la tecnología italiana. Es un momento de gran orgullo italiano. Hemos conseguido darle la vuelta a la imagen pública de nuestro país”. Cuando la euforia parecía que iba a desatarse, alguien recordó que, además de las 32 personas que perdieron la vida el 13 de enero de 2012, todavía hay dos —la italiana Maria Grazia Trecarichi y el camarero indio Russell Rebello— que continúan desaparecidas. “La prioridad ahora es encontrar sus restos”, admitió el jefe de Protección Civil.

El ‘Concordia’ enorgullece hoy a Italia

Letta reivindica la tecnología que ha permitido reflotar el buque en una compleja operación

La prioridad es ahora encontrar los restos de los dos desaparecidos

El 'Costa Concordia', tras el reflotamiento. / TONY GENTILYE (REUTERS)
Hace 20 meses, el naufragio del Costa Concordia fue una tragedia italiana. Dentro y fuera del país, el capitán Francesco Schettino se convirtió en la peor caricatura, la que hace aflorar los más crueles estereotipos sin conceder ninguna chance a las virtudes. Tal vez por eso, lo primero que dijo Franco Gabrielli, jefe de Protección Civil y comisario del Gobierno para el rescate, una vez que la nave quedó enderezada y fijada al fondo artificial, fue: “Estamos muy satisfechos. Toda la ingeniería es orgullosamente italiana”.
Lentamente, desde las nueve de la mañana del lunes a las cuatro de la madrugada del martes, el buque Costa Concordia, una mole de 17 pisos y 114.500 toneladas, fue rotando hasta quedar vertical. Hubo que esperar al amanecer para comprobar lo que los ingenieros ya habían advertido al principio de la maniobra.
El costado de estribor —el que durante los últimos 20 meses ha permanecido encallado junto a la isla toscana del Giglio— estaba seriamente dañado. Será por tanto más difícil colocarle los enormes cajones que en la parte de babor ahora han servido para estabilizar el barco y después servirán para hacerlo flotar. Pero ese será el próximo problema, al que se unirán otros como decidir el puerto en qué será desguazado, pero ayer era el día de las celebraciones. El primer ministro, Enrico Letta, se apresuró a declarar: “Hemos demostrado a todo el mundo lo que es capaz de hacer la tecnología italiana. Es un momento de gran orgullo italiano. Hemos conseguido darle la vuelta a la imagen pública de nuestro país”.
Cuando la euforia parecía que iba a desatarse, alguien recordó que, además de las 32 personas que perdieron la vida el 13 de enero de 2012, todavía hay dos —la italiana Maria Grazia Trecarichi y el camarero indio Russell Rebello— que continúan desaparecidas. “La prioridad ahora es encontrar sus restos”, admitió el jefe de Protección Civil.

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