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Cadena perpetua para soldado de EEUU que masacró 16 afganos Por Jenny DeRaspe-Bolles (AFP) – hace 21 horas BASE LEWIS-MCCHORD, Estados Unidos — El sargento estadounidense que masacró a sangre fría a 16 civiles en Afganistán fue condenado a cadena perpetua sin libertad condicional, en un juicio el viernes tras el cual los testigos afganos desearon que Estados Unidos no envíe a su país "a psicópatas como ese". Robert Bales, de 40 años, eludió la pena de muerte cuando se declaró culpable en junio del asesinato de 16 aldeanos afganos, entre ellos nueve niños, en el que se considera el peor crimen cometido por un militar estadounidense durante la guerra en Afganistán. "Cuando los estadounidenses vayan a Afganistán o a otros pueblos, intenten enviar gente buena, no a maniáticos y psicópatas como ese", dijo Sadiqullah, un afgano de 12 años que recibió disparos en la oreja y el cuello cuando Bales irrumpió a tiros en su hogar, en la noche del 11 de marzo del año pasado. "¿Qué pensarían si alguien entra a las 3 de la mañana a sus hogares y mata a los miembros de su familia, sus hermanos, hijos y mujeres?", dijo Haji Mullah Baran a la prensa, tras conocer la sentencia a cadena perpetua sin libertad condicional contra Bales en un tribunal militar en el estado de Washington (noroeste). "¿Y cuando llegan a sus hogares y descubren que los miembros de su familia han sido asesinados, ejecutados, que sus cerebros están desparramados por la casa?", se preguntó el testigo. Nueve sobrevivientes y víctimas afganas de la masacre volaron a Estados Unidos para atestiguar contra Bales, "un criminal de la peor clase" según la fiscalía. Al escucharse la sentencia en la base militar Lewis-McChord (al sur de Seattle), Bales no mostró ninguna emoción y su madre lloró. El traductor del tribunal hizo una señal de "pulgares arriba" a los testigos afganos, que consideraron el castigo insuficiente. Haji Wazir, quien perdió a 11 miembros de su familia, dijo a los periodistas: "Nos trajeron hasta acá desde Afganistán para que presenciáramos cómo se hace justicia, pero no se hizo a nuestro modo. (...) Queríamos que este asesino fuera ejecutado". "Su madre lloró, pero al menos podrá visitarlo. ¿Qué hay de nosotros? Nuestros familiares están bajo tierra y no podemos visitarlos", dijo el pequeño Sadiqullah a los periodistas. La pena de muerte estaba fuera de discusión tras la declaración de culpabilidad de Bales. Las audiencias, que comenzaron este lunes, tenían como objetivo decidir si Bales tendría la posibilidad de salida anticipada en su inminente condena a cadena perpetua. "Hay una sola sentencia apropiada para la insensible masacre de 16 personas inocentes, una sentencia reservada para los peores crímenes y los peores criminales: la cadena perpetua sin posibilidad de libertad anticipada", había dicho el fiscal, el teniente coronel Joseph Morse. En su escalofriante alegato final, Morse hizo un recuento de la estela de destrucción que dejó Bales cuando salió el año pasado de su base en el distrito Panjwayi, en la provincia de Kandahar (sur), para entrar a las casas y matar gente al azar en dos poblados cercanos. El fiscal mostró grotescas fotos de las víctimas de Bales, entre ellas la de una anciana. "Bales le pisó la cabeza con tanta fuerza que, a la mañana siguiente, cuando su sobrino intentó moverla, sus ojos se salieron de sus cuencas", dijo Morse al jurado de seis miembros. La fiscalía también rechazó el testimonio de Bales, quien se disculpó el jueves por sus acciones pero no dio explicaciones. "Le gustó el poder, le gustó el respeto que creyó que esto le daba", dijo el fiscal. "Cuarenta y ocho niños fueron directamente afectados por la acción del sargento Bales: fueron asesinados, heridos, o presenciaron un asesinato, o perdieron a sus padres". Esa noche, Bales estaba tomando whisky y mirando la película de acción "Man on Fire" junto a sus camaradas antes de abandonar la base militar, en dos excursiones distintas, para masacrar a las víctimas. "¿Qué le hice de malo al sargento Bales para que matara a mi papá?", testificó Khan, un niño de cerca de 5 años cuyo padre murió en el ataque. El padre de Sadiqullah, Mohammed Haji Naeem, dijo en su testimonio el martes que recibió impactos de bala en el cuello y la cabeza. "Tengo daño neurológico y tartamudeo desde que me disparó", explicó. "Desde que este bastardo me disparó yo no soy prácticamente nada. Mi vida cambió dramáticamente". El jurado también escuchó el audio de conversaciones telefónicas entre Bales y su esposa, Kari, en los que --según la fiscalía-- el sargento muestra su "falta de remordimientos" al leer los cargos de los que se le acusaba y reír ocasionalmente mientras decía los nombres de las víctimas. Si bien el jurado decidió que el soldado no tendrá nunca el derecho a solicitar su libertad condicional, tras 20 años en prisión podrá no obstante pedir clemencia. Si ésta le es concedida, entonces podrá solicitar que se considere nuevamente su libertad condicional. La defensa pedía que la decisión sobre la eventual libertad condicional fuera tomada en un futuro. Copyright © 2013 AFP. Todos los derechos reservados. Más » Artículos relacionados Dan cadena perpetua a soldado estadounidense que mató a 16 ... Univisión - hace 37 minutos Más cobertura (66) »

Pelea entre presos deja 30 muertos en Bolivia, incluido niño que vivía en la cárcel Por Gerardo BUSTILLOS (AFP) – hace 18 horas LA PAZ, Departamento de la Paz — Una pelea entre presos de una cárcel de Santa Cruz, en el este de Bolivia, dejó este viernes 30 muertos, entre ellos un niño que vivía en la prisión, y decenas de heridos de gravedad, se informó oficialmente. "Como resultado de este hecho tenemos 30 personas que han fallecido, 29 mayores y un menor de aproximadamente un año y medio. Veintinueve han fallecido en el lugar de los hechos y una persona en centro de salud", dijo el Ministro del Interior, Carlos Romero en conferencia de prensa. Poco antes, Ramiro Llanos, Director de Régimen Penitenciario de Bolivia, dijo a la AFP que "del total de hospitalizados, hay 35 con heridas muy graves". Una disputa de poder al interior del centro penitenciario Palmasola, que alberga a unos 5.000 detenidos, desató la reyerta entre dos grupos de reclusos, que concluyó con el incendio de un sector de la prisión. Varios cadáveres retirados de la cárcel estaban calcinados, según reportes policiales y de medios locales. "El móvil de esta situación tiene que ver con disputas internas por el control de espacios de liderazgos dentro del penal", confirmó Romero Tras la violenta incursión de un grupo de reos a otro sector del penal a temprana hora de la mañana se generó un incendio de grandes dimensiones provocado por la explosión de bombonas de gas en el lugar, en un área de máxima seguridad conocida como Chonchocorito. Romero precisó que los reos que provocaron la agresión son "delincuentes de alta peligrosidad". El ministro reportó que se investiga si se emplearon armas de fuego, porque en el lugar de los hechos se encontraron algunos casquillos. La policía presentó a cinco personas que serían los principales responsables de lo ocurrido. Romero informó que hay 50 reos vinculados a la trifulca que ya están en aislamiento y señaló que se dispuso minuciosas requisas en todos los penales del país. El comandante de la policía local, Jorge Aracena, informó que entre los muertos había un niño que vivía en la prisión con sus padres. En las cárceles de Bolivia hay un gran número de niños que viven con sus padres presos, una grave situación de permisividad que el gobierno intenta corregir con un nuevo plan de reubicación para los hijos de reclusos. El jefe policial indicó asimismo que los cadáveres fueron trasladados a la morgue local para que las autopsias establezcan su identidad y las causas de la muerte. A través de la Ministra de Comunicación, Amanda Dávila, el presidente boliviano Evo Morales expresó "su consternación" por los hechos pues considera que es "una tragedia que enluta a las familias bolivianas". Los canales de televisión difundieron impactantes imágenes de restos calcinados y ambulancias que trasladaban cadáveres y heridos hasta centros hospitalarios, muchos de los cuales amenazaban con colapsar por la cantidad de víctimas. Al mismo tiempo, se registraban dolorosas escenas de familiares de los presos, tanto en las afueras de la cárcel como en los distintos centros médicos, que reclamaban una investigación del incidente, al asegurar que las autoridades no proporcionan información y que incluso obstaculizan la labor de la Defensoría del Pueblo. El centro penitenciario de Palmasola es una cárcel de máxima seguridad, ubicada en las afueras de Santa Cruz de la Sierra, el polo de poder económico en Bolivia. Al igual que todas las prisiones en el país, esta cárcel tiene una inmensa superpoblación y aloja en la actualidad a unos 5.000 reclusos, de los cuales 4.500 son hombres y 500 mujeres, dijo a la AFP Ramiro Llanos, director de régimen penitenciario de Bolivia. "En el sector donde ocurrieron los enfrentamientos, debería haber entre 150 y 200 presos, pero en la actualidad se alojaban allí unas 500 personas", indicó. Copyright © 2013 AFP. Todos los derechos reservados. Más » Artículos relacionados Motín en penal de Bolivia suma 31 muertos y 60 heridos El Universo - hace 18 minutos

Una nueva generación reclama la vigencia del sueño de Martin Luther King Miles de personas celebran en Washington el 50 aniversario del histórico discurso de Martin Luther King FOTOGALERÍA Conmemoración del 50 aniversario del discurso de Martin Luther King Un sueño casi cumplido, por F. G. BASTERRA Siga la marcha conmemorativa en Washington A. CAÑO / C. F. PEREDA / E. SAIZ Washington 24 AGO 2013 - 20:18 CET55 Archivado en: Martín Luther King Derechos civiles Barack Obama Derechos humanos Racismo Discriminación Delitos odio Prejuicios Estados Unidos Problemas sociales Delitos Norteamérica América Sociedad Justicia Participantes de la marcha conmemorativa acceden al National Mall este sábado en Washington. / PETE MAROVICH (AFP) Recomendar en Facebook1.439 Twittear1.005 Enviar a LinkedIn6 Enviar a TuentiEnviar a MenéameEnviar a Eskup Enviar Imprimir Guardar Una nueva generación de líderes y activista negros ha regresado este sábado al lugar en el que hace 50 años Martin Luther King pronunció su discurso I have a dream para recordar que su misión sigue inacabada, que el movimiento por los derechos civiles tiene hoy nuevos objetivos y que es preciso seguir trabajando por la igualdad. “Nuestra generación no puede permanecer sentada, disfrutando de los méritos y las glorias pasadas”, ha dicho ante decenas de miles de personas concentradas en el monumento a Lincoln, en la gran explanada del centro de Washington, Cory Booker, alcalde de Newark (New Jersey), candidato demócrata al Senado y uno de los más brillantes y renovadores dirigentes negros en la actualidad. El hecho de que Booker sea uno de los políticos con más futuro en EE UU es, en sí mismo, un reconocimiento del progreso conseguido en este país en el medio siglo transcurrido desde que King pronunció aquellas palabras inspiradoras que se han convertido en parte del evangelio laico de esta nación, a la altura casi de su texto constitucional. Como lo es la presencia en esta jornada de Eric Holder, el primer fiscal general negro de EE UU. Y como el miércoles lo será la intervención de Barack Obama, que ha abierto el camino, no solo a los negros, sino a que los miembros de otras razas, particularmente los latinos, puedan, no ya soñar, sino a aspirar a ser presidentes. Nuestra generación no puede permanecer sentada, disfrutando de los méritos y las glorias pasadas” Cory Booker “La marcha de hoy no es para recordar el pasado”, ha señalado Holder, uno de los oradores más aplaudidos. “La América que King soñó hace 50 años no se ha hecho realidad, pero 150 años después de la Emancipación está a nuestro alcance”. El Fiscal General ha recordado que aún hay problemas como las restricciones al derecho al voto y prácticas discriminatorias que deben confrontarse. Desde primera hora de la mañana, la riada de familias, parejas y grupos organizados venidos de todas partes del país camino del National Mall para celebrar el 50 aniversario del discurso de King ha sido constante. Ancianos en sillas de ruedas, niños en carritos, jóvenes y adultos con pancartas reclamando igualdad de oportunidades laborales y un sistema de justicia justo... Distintas generaciones han coincidido en las inmediaciones del monumento a Lincoln para conmemorar el sueño de King y recordar que todavía sigue vivo. Junto a las viejas leyendas del movimiento negro, especialmente el congresista John Lewis, el único superviviente entre los oradores de hace 50 años, han marchado este sábado jóvenes negros que todavía se sienten discriminados, no ya formalmente por las leyes y el estado, pero sí cotidianamente por una sociedad en la que se han agudizado la diferencias sociales. Jóvenes como Sasha Farid, de 16 años, que recuerda que “hace 50 años se habló de segregación y ahora hablamos de prejuicios raciales, pero hay que seguir luchando y soñando”. Jóvenes como Deon Walsh, que acudió con una camiseta con el rostro de Trayvon Martin, cuyo asesino fue declarado inocente este verano y que se ha convertido en el último símbolo del trato discriminatorio que los negros sufren aún de parte de la justicia. “A nuestra generación”, dice Walsh, “se nos ha apartado, consciente o inconscientemente del movimiento de los años sesenta, pero la lucha continúa y somos nosotros quienes debemos de recoger el testigo”. Este sábado han marchado jóvenes negros que todavía se sienten discriminados, no ya formalmente por las leyes y el estado, pero sí cotidianamente por una sociedad en la que se han agudizado la diferencias sociales A Trayvon Martin ha aludido también Martin Luther King III, el hijo del célebre pastor, para advertir de que “este no es el tiempo de una conmemoración nostálgica” de la obra de su padre, sino una oportunidad para volver a escuchar sus palabras y contrastarlas con una realidad todavía injusta, en vivienda, en educación, en salud, en alimentación, en oportunidades. “Su sueño está lejos de ser alcanzado”, sentenció. Acompañado de toda su familia, Glenn Forsythe explica a sus hijos la importancia del movimiento por los derechos civiles y las consecuencias que ha tenido para ellos, varias generaciones después. "La injusticia, en cualquier parte, es una amenaza para la justicia en todas partes", dice citando a King. "Estamos aquí no sólo como afroamericanos. Venimos para unirnos con los hispanos, los asiáticos, la comunidad gay y todos los blancos para defender lo que es justo para todos". "Quiero que mis hijos vean el legado de Martin Luther King", explica Jeffrey Byrd mientras camina con su hija. "Quiero que sepan lo importante que fue la lucha de sus ancestros y que todos, en algún momento, nos hemos apoyado y beneficiado del trabajo de otros" Entre los asistentes se encontraban algunos de los manifestantes que hace cinco décadas acudieron a la capital para escuchar por primera vez a King. "Hace 50 años estaba exactamente aquí", cuenta John Terry, 74 años, de Carolina del Norte. "Desde entonces ha habido muchos cambios, pero queda mucho por hacer. El sueño de King no se ha cumplido, pero ha ayudado". La del sábado ha sido una jornada de celebración de la minoría negra que, indudablemente, oculta algunas de las responsabilidades de los propios negros en su desventaja actual respecto a otras razas Una de las quejas actuales de los afroamericanos tiene que ver con las reformas electorales hechas en varios estados con el objetivo evidente de reducir la influencia del voto de las minorías. Como decía uno de los manifestantes, James McDowel, “sé que mi voto todavía cuenta, pero cada vez cuenta menos”. Entre quienes se han dirigido desde las escalinatas del monumento a Lincoln a las más de 100.000 personas congregadas en el Mall se encontraban los familiares de Trayvon Martin, defensores de los derechos civiles y el primo de Emmett Till, un joven negro de 14 años que en 1955 fue secuestrado y linchado por haberse dirigido a una mujer blanca en un restaurante. Tras la tanda de discursos, que se ha prolongado desde las ocho de la mañana hasta casi las dos de la tarde, todos los congregados se han dirigido hacia el monumento a Washington, en una repetición de la marcha que hace 50 años encabezó King. La del sábado ha sido una jornada de celebración de la minoría negra que, indudablemente, oculta algunas de las responsabilidades de los propios negros en su desventaja actual respecto a otras razas. Pero el recuerdo de la persecución y la humillación sufridos por esa comunidad en el pasado es tan brutal que, en conciencia, nada puede exponerse ahora como matiz. 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Una nueva generación reclama la vigencia del sueño de Martin Luther King Miles de personas celebran en Washington el 50 aniversario del histórico discurso de Martin Luther King FOTOGALERÍA Conmemoración del 50 aniversario del discurso de Martin Luther King Un sueño casi cumplido, por F. G. BASTERRA Siga la marcha conmemorativa en Washington A. CAÑO / C. F. PEREDA / E. SAIZ Washington 24 AGO 2013 - 20:18 CET55 Archivado en: Martín Luther King Derechos civiles Barack Obama Derechos humanos Racismo Discriminación Delitos odio Prejuicios Estados Unidos Problemas sociales Delitos Norteamérica América Sociedad Justicia Participantes de la marcha conmemorativa acceden al National Mall este sábado en Washington. / PETE MAROVICH (AFP) Recomendar en Facebook1.439 Twittear1.005 Enviar a LinkedIn6 Enviar a TuentiEnviar a MenéameEnviar a Eskup Enviar Imprimir Guardar Una nueva generación de líderes y activista negros ha regresado este sábado al lugar en el que hace 50 años Martin Luther King pronunció su discurso I have a dream para recordar que su misión sigue inacabada, que el movimiento por los derechos civiles tiene hoy nuevos objetivos y que es preciso seguir trabajando por la igualdad. “Nuestra generación no puede permanecer sentada, disfrutando de los méritos y las glorias pasadas”, ha dicho ante decenas de miles de personas concentradas en el monumento a Lincoln, en la gran explanada del centro de Washington, Cory Booker, alcalde de Newark (New Jersey), candidato demócrata al Senado y uno de los más brillantes y renovadores dirigentes negros en la actualidad. El hecho de que Booker sea uno de los políticos con más futuro en EE UU es, en sí mismo, un reconocimiento del progreso conseguido en este país en el medio siglo transcurrido desde que King pronunció aquellas palabras inspiradoras que se han convertido en parte del evangelio laico de esta nación, a la altura casi de su texto constitucional. Como lo es la presencia en esta jornada de Eric Holder, el primer fiscal general negro de EE UU. Y como el miércoles lo será la intervención de Barack Obama, que ha abierto el camino, no solo a los negros, sino a que los miembros de otras razas, particularmente los latinos, puedan, no ya soñar, sino a aspirar a ser presidentes. Nuestra generación no puede permanecer sentada, disfrutando de los méritos y las glorias pasadas” Cory Booker “La marcha de hoy no es para recordar el pasado”, ha señalado Holder, uno de los oradores más aplaudidos. “La América que King soñó hace 50 años no se ha hecho realidad, pero 150 años después de la Emancipación está a nuestro alcance”. El Fiscal General ha recordado que aún hay problemas como las restricciones al derecho al voto y prácticas discriminatorias que deben confrontarse. Desde primera hora de la mañana, la riada de familias, parejas y grupos organizados venidos de todas partes del país camino del National Mall para celebrar el 50 aniversario del discurso de King ha sido constante. Ancianos en sillas de ruedas, niños en carritos, jóvenes y adultos con pancartas reclamando igualdad de oportunidades laborales y un sistema de justicia justo... Distintas generaciones han coincidido en las inmediaciones del monumento a Lincoln para conmemorar el sueño de King y recordar que todavía sigue vivo. Junto a las viejas leyendas del movimiento negro, especialmente el congresista John Lewis, el único superviviente entre los oradores de hace 50 años, han marchado este sábado jóvenes negros que todavía se sienten discriminados, no ya formalmente por las leyes y el estado, pero sí cotidianamente por una sociedad en la que se han agudizado la diferencias sociales. Jóvenes como Sasha Farid, de 16 años, que recuerda que “hace 50 años se habló de segregación y ahora hablamos de prejuicios raciales, pero hay que seguir luchando y soñando”. Jóvenes como Deon Walsh, que acudió con una camiseta con el rostro de Trayvon Martin, cuyo asesino fue declarado inocente este verano y que se ha convertido en el último símbolo del trato discriminatorio que los negros sufren aún de parte de la justicia. “A nuestra generación”, dice Walsh, “se nos ha apartado, consciente o inconscientemente del movimiento de los años sesenta, pero la lucha continúa y somos nosotros quienes debemos de recoger el testigo”. Este sábado han marchado jóvenes negros que todavía se sienten discriminados, no ya formalmente por las leyes y el estado, pero sí cotidianamente por una sociedad en la que se han agudizado la diferencias sociales A Trayvon Martin ha aludido también Martin Luther King III, el hijo del célebre pastor, para advertir de que “este no es el tiempo de una conmemoración nostálgica” de la obra de su padre, sino una oportunidad para volver a escuchar sus palabras y contrastarlas con una realidad todavía injusta, en vivienda, en educación, en salud, en alimentación, en oportunidades. “Su sueño está lejos de ser alcanzado”, sentenció. Acompañado de toda su familia, Glenn Forsythe explica a sus hijos la importancia del movimiento por los derechos civiles y las consecuencias que ha tenido para ellos, varias generaciones después. "La injusticia, en cualquier parte, es una amenaza para la justicia en todas partes", dice citando a King. "Estamos aquí no sólo como afroamericanos. Venimos para unirnos con los hispanos, los asiáticos, la comunidad gay y todos los blancos para defender lo que es justo para todos". "Quiero que mis hijos vean el legado de Martin Luther King", explica Jeffrey Byrd mientras camina con su hija. "Quiero que sepan lo importante que fue la lucha de sus ancestros y que todos, en algún momento, nos hemos apoyado y beneficiado del trabajo de otros" Entre los asistentes se encontraban algunos de los manifestantes que hace cinco décadas acudieron a la capital para escuchar por primera vez a King. "Hace 50 años estaba exactamente aquí", cuenta John Terry, 74 años, de Carolina del Norte. "Desde entonces ha habido muchos cambios, pero queda mucho por hacer. El sueño de King no se ha cumplido, pero ha ayudado". La del sábado ha sido una jornada de celebración de la minoría negra que, indudablemente, oculta algunas de las responsabilidades de los propios negros en su desventaja actual respecto a otras razas Una de las quejas actuales de los afroamericanos tiene que ver con las reformas electorales hechas en varios estados con el objetivo evidente de reducir la influencia del voto de las minorías. Como decía uno de los manifestantes, James McDowel, “sé que mi voto todavía cuenta, pero cada vez cuenta menos”. Entre quienes se han dirigido desde las escalinatas del monumento a Lincoln a las más de 100.000 personas congregadas en el Mall se encontraban los familiares de Trayvon Martin, defensores de los derechos civiles y el primo de Emmett Till, un joven negro de 14 años que en 1955 fue secuestrado y linchado por haberse dirigido a una mujer blanca en un restaurante. Tras la tanda de discursos, que se ha prolongado desde las ocho de la mañana hasta casi las dos de la tarde, todos los congregados se han dirigido hacia el monumento a Washington, en una repetición de la marcha que hace 50 años encabezó King. La del sábado ha sido una jornada de celebración de la minoría negra que, indudablemente, oculta algunas de las responsabilidades de los propios negros en su desventaja actual respecto a otras razas. Pero el recuerdo de la persecución y la humillación sufridos por esa comunidad en el pasado es tan brutal que, en conciencia, nada puede exponerse ahora como matiz. 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