Los presos en huelga de California podrían ser alimentados a la fuerza 136 internos se matienen sin comer desde hace 44 días en protesta por las condiciones de los encarcelados en aislamiento VICENTA COBO San Francisco 20 AGO 2013 - 22:34 CET1 Archivado en: Huelgas hambre California Protestas sociales Estados Unidos Malestar social Prisiones Norteamérica Problemas sociales Centros penitenciarios América Régimen penitenciario Sociedad Justicia Un antiguo preso en una protesta en Los Ángeles. / L. NICHOLSON (REUTERS) Recomendar en Facebook7 Twittear78 Enviar a LinkedIn1 Enviar a TuentiEnviar a MenéameEnviar a Eskup Enviar Imprimir Guardar Una orden judicial federal ha autorizado a los funcionarios de prisiones del Estado de California a alimentar por la fuerza a los presos en huelga de hambre en el caso de que peligre su vida, aún en contra de su voluntad. El dictamen se produce después de que el Estado argumentase ante el juez del distrito federal, Thelton Hendenson, que “existía el riesgo de que los reclusos podrían haber sido obligados a participar en la huelga de hambre y coaccionados a declarar por escrito su deseo de no ser reanimados a la fuerza”. De momento no se ha llevado a la práctica esta orden, pero podría ponerse en marcha los próximos días en el caso de que se vea gravemente deteriorada la salud de los 136 internos que desde hace 44 días mantienen la huelga de hambre. Protestan por las “condiciones inhumanas” que sufren los internos sometidos a aislamiento indefinido en las prisiones de California. 69 de los huelguistas han mantenido el ayuno desde que comenzara la huelga el 7 de julio y 67 lo han hecho por periodos más cortos, según fuentes penitenciarias. Estudios clínicos señalan que después de 40 días sin ingerir alimentos el cuerpo comienza a acusar serios daños y aumenta el riesgo de infartos y ataques al corazón. Joyce Hayhoe, portavoz medico de las prisiones, ha manifestado que “aunque todavía ningún interno ha llegado al estado crítico en que necesite ser alimentado, vamos a ser proactivos al respecto”. “Cuando sea necesario”, ha dicho Hayhoe, “vamos a administrar a los prisioneros nutrientes por vía intravenosa”. Si bien, no se descarta tampoco el uso de sondas nasales que bombean alimentos al estómago, el sistema utilizado con los prisioneros de Guantánamo. Jules Lobel, representante de muchos de los reos que protestan por sus condiciones de confinamiento, manifiesta que “la alimentación forzosa viola las leyes internacionales y debe ser solo usada como un último recurso. Existen otras alternativas tales como permitir a los presos atenuar la huelga de hambre ingiriendo jugos y negociar con ellos”. A ambas medidas el Estado ha dicho claramente “no”. Es la segunda vez que los prisioneros se declaran en huelga de hambre para protestar por las políticas de aislamiento indefinido que practica el sistema penitenciario de California con los internos vinculados a bandas criminales. En esta ocasión, la protesta ya se ha prolongado el doble del tiempo que en 2011 y además ha sido masiva, con 30.000 presos en huelga en su momento de mayor apogeo. Esta huelga se suma a los muchos problemas que tiene que afrontar el gobierno de Jerry Brown en lo relativo al sistema penitenciario. Antes de que termine el año 9.600 presos deben ser liberados, para cumplir con el objetivo de reducir al 137,7% la capacidad de las prisiones de California. Las órdenes de los jueces federales compelen al Estado a poner fin a la saturación que desde hace mucho tiempo vienen padeciendo las prisiones de California. “No vamos a permitir una liberación masiva de presos”, ha manifestado Brown en la cumbre medioambiental de Lake Tahoe que se está celebrando estos días. “El Estado tendrá que hacer algunas inversiones”, ha dicho. De hecho se contempla utilizar 450 millones de dólares de los mas de 1.000 millones de dólares del fondo de emergencia destinados a prisiones privadas y otros alojamientos alternativos. Todas las piezas del puzle deberán quedar colocadas en no mas de cuatro meses. Y no va ser fácil.

Los presos en huelga de California podrían ser alimentados a la fuerza

136 internos se matienen sin comer desde hace 44 días en protesta por las condiciones de los encarcelados en aislamiento

Un antiguo preso en una protesta en Los Ángeles. / L. NICHOLSON (REUTERS)
Una orden judicial federal ha autorizado a los funcionarios de prisiones del Estado de California a alimentar por la fuerza a los presos en huelga de hambre en el caso de que peligre su vida, aún en contra de su voluntad. El dictamen se produce después de que el Estado argumentase ante el juez del distrito federal, Thelton Hendenson, que “existía el riesgo de que los reclusos podrían haber sido obligados a participar en la huelga de hambre y coaccionados a declarar por escrito su deseo de no ser reanimados a la fuerza”.
De momento no se ha llevado a la práctica esta orden, pero podría ponerse en marcha los próximos días en el caso de que se vea gravemente deteriorada la salud de los 136 internos que desde hace 44 días mantienen la huelga de hambre. Protestan por las “condiciones inhumanas” que sufren los internos sometidos a aislamiento indefinido en las prisiones de California. 69 de los huelguistas han mantenido el ayuno desde que comenzara la huelga el 7 de julio y 67 lo han hecho por periodos más cortos, según fuentes penitenciarias.
Estudios clínicos señalan que después de 40 días sin ingerir alimentos el cuerpo comienza a acusar serios daños y aumenta el riesgo de infartos y ataques al corazón. Joyce Hayhoe, portavoz medico de las prisiones, ha manifestado que “aunque todavía ningún interno ha llegado al estado crítico en que necesite ser alimentado, vamos a ser proactivos al respecto”.
“Cuando sea necesario”, ha dicho Hayhoe, “vamos a administrar a los prisioneros nutrientes por vía intravenosa”. Si bien, no se descarta tampoco el uso de sondas nasales que bombean alimentos al estómago, el sistema utilizado con los prisioneros de Guantánamo.
Jules Lobel, representante de muchos de los reos que protestan por sus condiciones de confinamiento, manifiesta que “la alimentación forzosa viola las leyes internacionales y debe ser solo usada como un último recurso. Existen otras alternativas tales como permitir a los presos atenuar la huelga de hambre ingiriendo jugos y negociar con ellos”. A ambas medidas el Estado ha dicho claramente “no”.
Es la segunda vez que los prisioneros se declaran en huelga de hambre para protestar por las políticas de aislamiento indefinido que practica el sistema penitenciario de California con los internos vinculados a bandas criminales. En esta ocasión, la protesta ya se ha prolongado el doble del tiempo que en 2011 y además ha sido masiva, con 30.000 presos en huelga en su momento de mayor apogeo.
Esta huelga se suma a los muchos problemas que tiene que afrontar el gobierno de Jerry Brown en lo relativo al sistema penitenciario. Antes de que termine el año 9.600 presos deben ser liberados, para cumplir con el objetivo de reducir al 137,7% la capacidad de las prisiones de California. Las órdenes de los jueces federales compelen al Estado a poner fin a la saturación que desde hace mucho tiempo vienen padeciendo las prisiones de California.
“No vamos a permitir una liberación masiva de presos”, ha manifestado Brown en la cumbre medioambiental de Lake Tahoe que se está celebrando estos días. “El Estado tendrá que hacer algunas inversiones”, ha dicho. De hecho se contempla utilizar 450 millones de dólares de los mas de 1.000 millones de dólares del fondo de emergencia destinados a prisiones privadas y otros alojamientos alternativos. Todas las piezas del puzle deberán quedar colocadas en no mas de cuatro meses. Y no va ser fácil.

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