Hay que recordar Irak PUBLICADO: Aug, 30, 2013 12:01 am EST print article increase font size decrease font size Hay mucho movimiento ante el reportado uso de armas químicas por parte del gobierno de Siria en la guerra civil que por años aqueja a esa nación. Lo importante es recordar las lecciones aprendidas en Irak para no repetir los errores. El presidente Obama mostró en el caso de Libia la paciencia y la habilidad para trabajar con los aliados europeos con el fin de limitar la participación estadounidense. Esta es la estrategia a repetir, aunque este caso es más complicado tanto por el conflicto, la geografía y como por sus protagonistas. El presidente Bashar al Assad ha demostrado ser un dictador implacable, mientras que la oposición un mosaico de organizaciones entre las que se encuentran afines a Al Qaeda y al extremismo musulmán. En resumen, es imposible predecir el futuro de Siria en el caso de un derrocamiento de Assad, un buen motivo para que Estados Unidos no se quiera comprometer con la caída de Assad. No obstante, existe en Washington una presión neoconservadora que hoy respalda una intervención con el mismo entusiasmo que apoyaba la desastrosa operación de Irak. Por ahora, y esperamos que siga así, es impensable colocar tropas estadounidenses en medio de esa guerra civil. Empero, el uso de armas químicas es un hecho internacionalmente condenable desde hace mucho tiempo después del horror sufrido durante la Primera Guerra Mundial. La utilización de estas armas dificulta la posición de Obama para mantenerse alejado del conflicto después de haber dicho que el límite de la paciencia sería precisamente estas armas. Las consultas con el Congreso, las palabra duras de los altos funcionarios de la Administración y la actividad internacional indican la alta probabilidad de una acción limitada y punitiva con misiles para desalentar al Gobierno de Assad en el uso de estas armas. Esa es la intención. Antes hay que asegurarse de que la información sea correcta y que hayan respuestas verdaderas a la s interrogantes que plantea una acción militar de este tipo. Esa es la primera lección de Irak.
Hay que recordar Irak
Hay mucho movimiento ante el
reportado uso de armas químicas por parte del gobierno de Siria en la
guerra civil que por años aqueja a esa nación. Lo importante es recordar
las lecciones aprendidas en Irak para no repetir los errores.
El presidente Obama mostró en el caso de Libia la paciencia y la habilidad para trabajar con los aliados europeos con el fin de limitar la participación estadounidense. Esta es la estrategia a repetir, aunque este caso es más complicado tanto por el conflicto, la geografía y como por sus protagonistas.
El presidente Bashar al Assad ha demostrado ser un dictador implacable, mientras que la oposición un mosaico de organizaciones entre las que se encuentran afines a Al Qaeda y al extremismo musulmán. En resumen, es imposible predecir el futuro de Siria en el caso de un derrocamiento de Assad, un buen motivo para que Estados Unidos no se quiera comprometer con la caída de Assad.
No obstante, existe en Washington una presión neoconservadora que hoy respalda una intervención con el mismo entusiasmo que apoyaba la desastrosa operación de Irak. Por ahora, y esperamos que siga así, es impensable colocar tropas estadounidenses en medio de esa guerra civil.
Empero, el uso de armas químicas es un hecho internacionalmente condenable desde hace mucho tiempo después del horror sufrido durante la Primera Guerra Mundial. La utilización de estas armas dificulta la posición de Obama para mantenerse alejado del conflicto después de haber dicho que el límite de la paciencia sería precisamente estas armas.
Las consultas con el Congreso, las palabra duras de los altos funcionarios de la Administración y la actividad internacional indican la alta probabilidad de una acción limitada y punitiva con misiles para desalentar al Gobierno de Assad en el uso de estas armas. Esa es la intención.
Antes hay que asegurarse de que la información sea correcta y que hayan respuestas verdaderas a la s interrogantes que plantea una acción militar de este tipo. Esa es la primera lección de Irak.
El presidente Obama mostró en el caso de Libia la paciencia y la habilidad para trabajar con los aliados europeos con el fin de limitar la participación estadounidense. Esta es la estrategia a repetir, aunque este caso es más complicado tanto por el conflicto, la geografía y como por sus protagonistas.
El presidente Bashar al Assad ha demostrado ser un dictador implacable, mientras que la oposición un mosaico de organizaciones entre las que se encuentran afines a Al Qaeda y al extremismo musulmán. En resumen, es imposible predecir el futuro de Siria en el caso de un derrocamiento de Assad, un buen motivo para que Estados Unidos no se quiera comprometer con la caída de Assad.
No obstante, existe en Washington una presión neoconservadora que hoy respalda una intervención con el mismo entusiasmo que apoyaba la desastrosa operación de Irak. Por ahora, y esperamos que siga así, es impensable colocar tropas estadounidenses en medio de esa guerra civil.
Empero, el uso de armas químicas es un hecho internacionalmente condenable desde hace mucho tiempo después del horror sufrido durante la Primera Guerra Mundial. La utilización de estas armas dificulta la posición de Obama para mantenerse alejado del conflicto después de haber dicho que el límite de la paciencia sería precisamente estas armas.
Las consultas con el Congreso, las palabra duras de los altos funcionarios de la Administración y la actividad internacional indican la alta probabilidad de una acción limitada y punitiva con misiles para desalentar al Gobierno de Assad en el uso de estas armas. Esa es la intención.
Antes hay que asegurarse de que la información sea correcta y que hayan respuestas verdaderas a la s interrogantes que plantea una acción militar de este tipo. Esa es la primera lección de Irak.
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