Los efectos climáticos que tuvo la mayor erupción volcánica de los últimos millones de años
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La mayor erupción volcánica de los últimos millones de años en la Tierra se produjo en Indonesia hace 74.000 años. Un nuevo estudio relaciona esa erupción con un cambio climático global en la época y sus efectos sobre poblaciones de humanos primitivos.
El volcán Toba se encuentra en la isla de Sumatra, en Indonesia, cerca del ecuador. La colosal erupción de hace 74.000 años dejó un cráter que tiene unos 50 kilómetros de diámetro. La erupción expulsó 2.500 kilómetros cúbicos de lava, una cantidad que equivale al doble del volumen del Monte Everest. La erupción fue 5.000 veces más grande que la de 1980 del Monte Santa Helena, en Estados Unidos. La erupción del Toba es la mayor ocurrida en la Tierra en los últimos 2 millones de años.
La erupción del volcán elevó enormes nubes de ceniza y ácido sulfúrico a la atmósfera, que llegaron hasta la estratosfera, y luego se extendieron por vía aérea hacia el resto del planeta, para caer por último a la superficie en forma de lluvia ácida.
El equipo del glaciólogo Anders Svensson, del Centro para el Hielo y el Clima del Instituto Niels Bohr en la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, ha rastreado ahora los vestigios de esta lluvia ácida en las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida. Desde hace tiempo, Svensson y sus colegas han tenido una idea sobre a qué profundidad se podían encontrar huellas de la erupción del Toba en la capa de hielo de Groenlandia, pero no encontraron ceniza, por lo que no podían estar seguros. Sin embargo, esa misma serie de estratos de ácido, resultante de dicha erupción, la han encontrado ahora en la capa de hielo de Groenlandia y en la de la Antártida.
Coincidencias en núcleos de hielo de Groenlandia y Antártida en cuanto a picos de acidez volcánica. (Foto: Niels Bohr Institute)
Los investigadores, tras contar los estratos anuales existentes entre los picos de ácido presentes en los núcleos de hielo de las dos capas de hielo, encontraron una correspondencia. Esto significa, tal como explica Svensson, que ahora es factible comparar los núcleos de hielo de Groenlandia con los de la Antártida con una precisión anual, y así combinar el conocimiento sobre el cambio climático de aquella época en los hemisferios norte y sur.
Se ha especulado mucho sobre cómo una erupción tan grande afectó al clima. Las gigantescas nubes de partículas de azufre que son lanzadas a la estratosfera en un cataclismo como aquel forman un manto que obstaculiza el paso de la radiación solar y esto hace que la Tierra se enfríe. Pero, ¿en qué medida y por cuánto tiempo? Estudios previos con modelos digitales indicaron que esta enorme erupción pudo causar un enfriamiento de hasta 10 grados en la temperatura global durante décadas. El nuevo análisis de núcleos de hielo indica, sin embargo, que el efecto se dejó sentir sobre todo en el hemisferio norte, y que el enfriamiento global fue breve.
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La mayor erupción volcánica de los últimos millones de años en la Tierra se produjo en Indonesia hace 74.000 años. Un nuevo estudio relaciona esa erupción con un cambio climático global en la época y sus efectos sobre poblaciones de humanos primitivos.
El volcán Toba se encuentra en la isla de Sumatra, en Indonesia, cerca del ecuador. La colosal erupción de hace 74.000 años dejó un cráter que tiene unos 50 kilómetros de diámetro. La erupción expulsó 2.500 kilómetros cúbicos de lava, una cantidad que equivale al doble del volumen del Monte Everest. La erupción fue 5.000 veces más grande que la de 1980 del Monte Santa Helena, en Estados Unidos. La erupción del Toba es la mayor ocurrida en la Tierra en los últimos 2 millones de años.
La erupción del volcán elevó enormes nubes de ceniza y ácido sulfúrico a la atmósfera, que llegaron hasta la estratosfera, y luego se extendieron por vía aérea hacia el resto del planeta, para caer por último a la superficie en forma de lluvia ácida.
El equipo del glaciólogo Anders Svensson, del Centro para el Hielo y el Clima del Instituto Niels Bohr en la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, ha rastreado ahora los vestigios de esta lluvia ácida en las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida. Desde hace tiempo, Svensson y sus colegas han tenido una idea sobre a qué profundidad se podían encontrar huellas de la erupción del Toba en la capa de hielo de Groenlandia, pero no encontraron ceniza, por lo que no podían estar seguros. Sin embargo, esa misma serie de estratos de ácido, resultante de dicha erupción, la han encontrado ahora en la capa de hielo de Groenlandia y en la de la Antártida.
Coincidencias en núcleos de hielo de Groenlandia y Antártida en cuanto a picos de acidez volcánica. (Foto: Niels Bohr Institute)
Los investigadores, tras contar los estratos anuales existentes entre los picos de ácido presentes en los núcleos de hielo de las dos capas de hielo, encontraron una correspondencia. Esto significa, tal como explica Svensson, que ahora es factible comparar los núcleos de hielo de Groenlandia con los de la Antártida con una precisión anual, y así combinar el conocimiento sobre el cambio climático de aquella época en los hemisferios norte y sur.
Se ha especulado mucho sobre cómo una erupción tan grande afectó al clima. Las gigantescas nubes de partículas de azufre que son lanzadas a la estratosfera en un cataclismo como aquel forman un manto que obstaculiza el paso de la radiación solar y esto hace que la Tierra se enfríe. Pero, ¿en qué medida y por cuánto tiempo? Estudios previos con modelos digitales indicaron que esta enorme erupción pudo causar un enfriamiento de hasta 10 grados en la temperatura global durante décadas. El nuevo análisis de núcleos de hielo indica, sin embargo, que el efecto se dejó sentir sobre todo en el hemisferio norte, y que el enfriamiento global fue breve.
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