Microsoft afina la máquina con la compra de Nokia por 5.440 millones El consejero delegado de la finlandesa y 32.000 empleados pasarán a la estadounidense La noticia dispara las acciones del antiguo líder del mercado con subidas del 40% Lee el comunicado de Microsoft 'El próximo capítulo', carta abierta de Steve Ballmer y Stephen Elop Sandro Pozzi Nueva York 3 SEP 2013 - 14:45 CET93 Archivado en: Nokia Acuerdos empresariales Microsoft Telefonía móvil Telefonía Empresas Economía Telecomunicaciones Comunicaciones Enviar vídeo El consejero delegado de Nokia, Stephen Slop. / Reuters-LIVE! / Bloomberg Recomendar en Facebook 1.142 Twittear 1.453 Enviar a LinkedIn 145 Enviar a Tuenti Enviar a Menéame Enviar a Eskup Enviar Imprimir Guardar Ganar cuota de mercado. Con ese objetivo, Microsoft se ha lanzado a la compra del negocio de dispositivos sin cable de Nokia, un negocio que dominan de forma abrumadora Google con Android y Apple con iOS. Para ello, pagará 7.170 millones de dólares, unos 5.540 millones de euros a la compañía finlandesa. Es una maniobra idéntica a la que protagonizó Google hace dos años con la adquisición de Motorola Mobility. También, supone el fin de Nokia, una marca centenaria que llegó a ser el mayor fabricante de móviles en 1998 y que mantuvo el cetro hasta el año pasado, cuando lo cedió a Samsung. El verano está siendo intenso para Microsoft. El gigante de Redmond arrancó a mediados de julio presentando un plan para reorganizar la compañía, buscando que todas sus divisiones operen como una unidad y ganar así en flexibilidad para innovar más rápido. Un mes después, Steve Ballmer anunciaba que dejará el puesto de consejero delegado antes de 12 meses, cuando le encuentren sustituto. Y ahora da de nuevo la sorpresa con la operación por la que se hace con los móviles de su gran socia. Son tres movimientos sobre los que se especula en Wall Street y en Silicon Valley desde hace tiempo, y los tres tienen el mismo sentido: recuperar el paso perdido por Microsoft en el negocio de la computación móvil, donde la informática fundada por Bill Gates fue pionera. Junto a los dispositivos móviles, Microsoft se hace también con el control de los servicios para empresas. Esencialmente, está comprando casi toda Nokia, cuyo origen se remonta 150 años y opera en el negocio de la telefonía desde 1966. La maniobra es, además, relevante en el marco del proceso de sucesión de Steve Ballmer. El canadiense Stephen Elop, consejero delegado de Nokia Corporation, es uno de los nombres que circulan como posibles candidatos externos. más información Elop es el candidato Cincuenta reuniones en Barcelona 'El próximo capítulo', carta abierta de Steve Ballmer y Stephen Elop Steve Ballmer dejará el mando de Microsoft antes de un año Microsoft eleva un 28,7% el beneficio del último año Futuro de Elop Elop, que antes de llegar a Nokia en septiembre de 2010 trabajó casi tres año como responsable de la división de empresas de Microsoft, tendrá un puesto en el consejo de administración del dueño de Windows. De hecho, su nombramiento para dirigir la compañía finlandesa se vio como una operación diseñada por el propio Ballmer para llegar a esta situación. No pasaron ni seis meses con Elop en el cargo cuando Nokia anunció una nueva estrategia que acabó con el sistema operativo Symbian que estaba desarrollando y se ponía a merced del nuevo Windows. Con este movimiento se convertía en el principal aliado de Microsoft en la batalla que libra contra Google y Apple. Los ejecutivos hablan ahora de una “oportunidad” para poder crecer. Como en el caso de Google y Motorola Mobility, la compra de Nokia le da a Microsoft una plataforma para desarrollar los futuros teléfonos que funcionarán con Windows. Además, le otorga acceso a una importante cartera de patentes. De hecho, del total que la compañía estadounidense paga, unos 1.650 millones son para hacerse con los derechos tecnológicos de la finlandesa. Conversaciones en Barcelona Aunque todo empezó a fraguarse hace dos años y medio, con la alianza para relanzar la versión móvil del Windows, en realidad las conversaciones para cerrar el acuerdo de compra se lanzaron en febrero pasado coincidiendo con la feria de móviles Barcelona. Para defender la compra, Ballmer se apoya ahora “en los buenos resultados” que está dando la asociación. El mercado de Windows en móviles es esencialmente Nokia en este momento: más del 80%, según Ballmer. En este sentido, Elop señaló que la integración de Nokia y Microsoft "reducirá las fricciones naturales" entre las dos compañía. "Tenemos dos años y medio de experiencia trabajando juntos. Ya nos conocemos, sabemos como resolver los problemas juntos". "Lo haremos mejor como una compañía que por separado", auguró Ballmer. En la actualidad, Microsoft gana 10 dólares por cada dispositivo que vende Nokia con Windows. Tras la adquisición, esa cifra se multiplicará por cuatro, hasta los 40 dólares. Ballmer admite que es lógico que tenga su propio dispositivo "para garantizar la presencia" de su sistema operativo. "Las otras alternativas eran prohibitivamente caras", remachó. De hecho, espera que al doblar las ventas de teléfonos móviles, esta operación sea rentable en año y medio una vez cierre la operación. Pero como admite el aún consejero delegado de Microsoft, “aún queda mucho que hacer”. Microsoft acepta de esta manera que necesita jugar más fuerte para volver a ser un jugador relevante en la industria, y Nokia que no pude competir. Y ese será el reto al que se enfrentará el sucesor de Ballmer, que presionado por los inversores se vio forzado a anticipar su salida de la compañía. Los problemas de Nokia Nokia, por su parte, arrastra serios problemas desde la irrupción del iPhone de Apple hace ahora seis años. De ser el actor dominante en el sector, ha pasado en unos años a perder toda la relevancia, hasta el punto de no llegar a colarse entre los cinco más grandes del negocio de móviles. Con el Lumia logró revertir la situación, pero su aventura en solitario no era suficiente ante la fortaleza de sus rivales, al que se suma ahora el MotoX de Google. El negocio de la informática móvil es esencialmente cosa de dos sistemas operativos. Google y Apple se comen el 86% de las ventas en ese mercado, mientras que Microsoft no llega al 4%. Aunque las dos compañías son complementarias y la compra de Nokia apunta la idea de que Windows será el pilar sobre el que rotará la nueva Microsoft, en Wall Street se sigue viendo la operación como una maniobra para mantener a flote sistema operativo, por eso sigue habiendo dudas sobre si la maniobra tendrá éxito. Abundancia de dinero en efectivo La operación se espera que esté completada para el primer trimestre de 2014, cuando tendrá que superar el voto de los accionistas y el examen de los reguladores de la competencia. El momento de la compra no es casual. Microsoft está cargada de efectivo, gran parte del cual se encuentra fuera de EE UU para evitar el pago de impuestos. Es con ese dinero con el que financiará básicamente la compra. Además, la recesión económica en Europa y su impacto en el consumo hace que las empresas europeas estén deseosas de efectivo para poder equilibrar sus finanzas y dispone de dinero fresco para poder invertir cuando llegue el ansiado repunte, como se vio este lunes en el caso de Vodafone vendiendo a su socia Verizon Communication su participación en Verizon Wireless por 130.000 millones de dólares (98.300 millones de euros).

Microsoft afina la máquina con la compra de Nokia por 5.440 millones

El consejero delegado de la finlandesa y 32.000 empleados pasarán a la estadounidense

La noticia dispara las acciones del antiguo líder del mercado con subidas del 40%

El consejero delegado de Nokia, Stephen Slop. / Reuters-LIVE! / Bloomberg
Ganar cuota de mercado. Con ese objetivo, Microsoft se ha lanzado a la compra del negocio de dispositivos sin cable de Nokia, un negocio que dominan de forma abrumadora Google con Android y Apple con iOS. Para ello, pagará 7.170 millones de dólares, unos 5.540 millones de euros a la compañía finlandesa. Es una maniobra idéntica a la que protagonizó Google hace dos años con la adquisición de Motorola Mobility. También, supone el fin de Nokia, una marca centenaria que llegó a ser el mayor fabricante de móviles en 1998 y que mantuvo el cetro hasta el año pasado, cuando lo cedió a Samsung.
El verano está siendo intenso para Microsoft. El gigante de Redmond arrancó a mediados de julio presentando un plan para reorganizar la compañía, buscando que todas sus divisiones operen como una unidad y ganar así en flexibilidad para innovar más rápido. Un mes después, Steve Ballmer anunciaba que dejará el puesto de consejero delegado antes de 12 meses, cuando le encuentren sustituto. Y ahora da de nuevo la sorpresa con la operación por la que se hace con los móviles de su gran socia. Son tres movimientos sobre los que se especula en Wall Street y en Silicon Valley desde hace tiempo, y los tres tienen el mismo sentido: recuperar el paso perdido por Microsoft en el negocio de la computación móvil, donde la informática fundada por Bill Gates fue pionera.
Junto a los dispositivos móviles, Microsoft se hace también con el control de los servicios para empresas. Esencialmente, está comprando casi toda Nokia, cuyo origen se remonta 150 años y opera en el negocio de la telefonía desde 1966. La maniobra es, además, relevante en el marco del proceso de sucesión de Steve Ballmer. El canadiense Stephen Elop, consejero delegado de Nokia Corporation, es uno de los nombres que circulan como posibles candidatos externos.

Futuro de Elop

Elop, que antes de llegar a Nokia en septiembre de 2010 trabajó casi tres año como responsable de la división de empresas de Microsoft, tendrá un puesto en el consejo de administración del dueño de Windows. De hecho, su nombramiento para dirigir la compañía finlandesa se vio como una operación diseñada por el propio Ballmer para llegar a esta situación. No pasaron ni seis meses con Elop en el cargo cuando Nokia anunció una nueva estrategia que acabó con el sistema operativo Symbian que estaba desarrollando y se ponía a merced del nuevo Windows. Con este movimiento se convertía en el principal aliado de Microsoft en la batalla que libra contra Google y Apple. Los ejecutivos hablan ahora de una “oportunidad” para poder crecer.
Como en el caso de Google y Motorola Mobility, la compra de Nokia le da a Microsoft una plataforma para desarrollar los futuros teléfonos que funcionarán con Windows. Además, le otorga acceso a una importante cartera de patentes. De hecho, del total que la compañía estadounidense paga, unos 1.650 millones son para hacerse con los derechos tecnológicos de la finlandesa.

Conversaciones en Barcelona

Aunque todo empezó a fraguarse hace dos años y medio, con la alianza para relanzar la versión móvil del Windows, en realidad las conversaciones para cerrar el acuerdo de compra se lanzaron en febrero pasado coincidiendo con la feria de móviles Barcelona. Para defender la compra, Ballmer se apoya ahora “en los buenos resultados” que está dando la asociación.
El mercado de Windows en móviles es esencialmente Nokia en este momento: más del 80%, según Ballmer. En este sentido, Elop señaló que la integración de Nokia y Microsoft "reducirá las fricciones naturales" entre las dos compañía. "Tenemos dos años y medio de experiencia trabajando juntos. Ya nos conocemos, sabemos como resolver los problemas juntos". "Lo haremos mejor como una compañía que por separado", auguró Ballmer.
En la actualidad, Microsoft gana 10 dólares por cada dispositivo que vende Nokia con Windows. Tras la adquisición, esa cifra se multiplicará por cuatro, hasta los 40 dólares. Ballmer admite que es lógico que tenga su propio dispositivo "para garantizar la presencia" de su sistema operativo. "Las otras alternativas eran prohibitivamente caras", remachó. De hecho, espera que al doblar las ventas de teléfonos móviles, esta operación sea rentable en año y medio una vez cierre la operación.
Pero como admite el aún consejero delegado de Microsoft, “aún queda mucho que hacer”. Microsoft acepta de esta manera que necesita jugar más fuerte para volver a ser un jugador relevante en la industria, y Nokia que no pude competir. Y ese será el reto al que se enfrentará el sucesor de Ballmer, que presionado por los inversores se vio forzado a anticipar su salida de la compañía.

Los problemas de Nokia

Nokia, por su parte, arrastra serios problemas desde la irrupción del iPhone de Apple hace ahora seis años. De ser el actor dominante en el sector, ha pasado en unos años a perder toda la relevancia, hasta el punto de no llegar a colarse entre los cinco más grandes del negocio de móviles. Con el Lumia logró revertir la situación, pero su aventura en solitario no era suficiente ante la fortaleza de sus rivales, al que se suma ahora el MotoX de Google.
El negocio de la informática móvil es esencialmente cosa de dos sistemas operativos. Google y Apple se comen el 86% de las ventas en ese mercado, mientras que Microsoft no llega al 4%. Aunque las dos compañías son complementarias y la compra de Nokia apunta la idea de que Windows será el pilar sobre el que rotará la nueva Microsoft, en Wall Street se sigue viendo la operación como una maniobra para mantener a flote sistema operativo, por eso sigue habiendo dudas sobre si la maniobra tendrá éxito.

Abundancia de dinero en efectivo

La operación se espera que esté completada para el primer trimestre de 2014, cuando tendrá que superar el voto de los accionistas y el examen de los reguladores de la competencia. El momento de la compra no es casual. Microsoft está cargada de efectivo, gran parte del cual se encuentra fuera de EE UU para evitar el pago de impuestos. Es con ese dinero con el que financiará básicamente la compra.
Además, la recesión económica en Europa y su impacto en el consumo hace que las empresas europeas estén deseosas de efectivo para poder equilibrar sus finanzas y dispone de dinero fresco para poder invertir cuando llegue el ansiado repunte, como se vio este lunes en el caso de Vodafone vendiendo a su socia Verizon Communication su participación en Verizon Wireless por 130.000 millones de dólares (98.300 millones de euros).

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