Las mentiras de la televisión Programas juveniles reflejan una vida que no es real e influyen negativamente en los menores. Por: Wilber Mori Romances fáciles, juegos sensuales y peleas sin sentido. Esta es la receta de los programas juveniles de televisión, que niños y jóvenes ven con ávido interés desde las primeras horas de la tarde hasta entrada la noche. “Las situaciones que se observan en esta suerte de concursos, donde se pierde de vista por qué se compite, afectan mucho a los menores ya que ellos creen que así es como funciona la vida”, afirma el psiquiatra Freddy Vásquez, jefe del Programa de Prevención de Suicidios del hospital Honorio Delgado-Hideyo Noguchi. Estos programas -señala- dan un modelo negativo de vida. Además de artificiales, son turbulentos porque se observan situaciones que no ocurren en la realidad, como los romances rápidos. Agrega que el horario es inadecuado. Asimismo, advierte que los juegos están cargados de erotismo y eso promueve e incentiva que los chicos quieran hacer lo mismo con sus amigos o compañeros de clase. “La exposición de cuerpos semidesnudos, jugando y dándose besos o tocándose, alborota sus hormonas y facilita que lo hagan entre compañeros. A esto se le llama “sexualización de un programa”. Cuando los escolares van a fiestas, ellos quieren hacer lo mismo que ven en esos programas”, alerta. Por último, Vásquez aconseja a los padres conversar con sus hijos y explicarles que la vida no es así de fácil, que esas situaciones no son reales sino fantasiosas. “No hay que prohibir, sino explicar, sobre todo si son muy menores, porque serán muy precoces en buscar el amor”, precisa.


Las mentiras de la televisión

Programas juveniles reflejan una vida que no es real e influyen negativamente en los menores.

Las mentiras de la televisión
Por: Wilber Mori
Romances fáciles, juegos sensuales y peleas sin sentido. Esta es la receta de los programas juveniles de televisión, que niños y jóvenes ven con ávido interés desde las primeras horas de la tarde hasta entrada la noche.
“Las situaciones que se observan en esta suerte de concursos, donde se pierde de vista por qué se compite, afectan mucho a los menores ya que ellos creen que así es como funciona la vida”, afirma el psiquiatraFreddy Vásquez, jefe del Programa de Prevención de Suicidios delhospital Honorio Delgado-Hideyo Noguchi.
Estos programas -señala- dan un modelo negativo de vida. Además de artificiales, son turbulentos porque se observan situaciones que no ocurren en la realidad, como los romances rápidos. Agrega que el horario es inadecuado. Asimismo, advierte que los juegos están cargados de erotismo y eso promueve e incentiva que los chicos quieran hacer lo mismo con sus amigos o compañeros de clase.
“La exposición de cuerpos semidesnudos, jugando y dándose besos o tocándose, alborota sus hormonas y facilita que lo hagan entre compañeros. A esto se le llama “sexualización de un programa”. Cuando los escolares van a fiestas, ellos quieren hacer lo mismo que ven en esos programas”, alerta.
Por último, Vásquez aconseja a los padres conversar con sus hijos y explicarles que la vida no es así de fácil, que esas situaciones no son reales sino fantasiosas. “No hay que prohibir, sino explicar, sobre todo si son muy menores, porque serán muy precoces en buscar el amor”, precisa.

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