TENSIÓN NUCLEAR EN COREACorea del Norte anula todos los pactos de no agresión con el Sur
TENSIÓN NUCLEAR EN COREA
Corea del Norte anula todos los pactos de no agresión con el Sur
Es la respuesta de Pyongyang a las nuevas sanciones aprobadas por el Consejo de Seguridad
Corea del Norte ha respondido de manera inmediata a las nuevas y duras sanciones aprobadas el jueves por el Consejo de Seguridad de la ONU contra el país asiático en respuesta a la prueba nuclear que llevó a cabo el mes pasado. Pyongyang ha roto este viernes todos los pactos de no agresión con el Sur, ha anulado las líneas directas de comunicación con Seúl y ha renovado sus amenazas. El jueves, había advertido que podría llevar a cabo un ataque nuclear preventivo contra Estados Unidos y Corea del Sur.
Corea del Norte “deroga todos los acuerdos de no agresión alcanzados entre el Norte y el Sur”, ha asegurado el Comité para la Reunificación Pacífica de Corea (CRPK, en sus siglas en inglés) en un comunicado difundido por la agencia oficial KCNA. Un pacto firmado en 1991 fijaba la resolución pacífica de las disputas y la prevención de escaramuzas militares accidentales. El CRPK ha afirmado que este pacto quedará sin validez el lunes, el mismo día que Pyongyang ha amenazado con anular el armisticio que puso fin a la guerra de Corea (1950-1953), pero que nunca se convirtió en un tratado de paz definitivo.
El anuncio también informa al Sur de que “cortará inmediatamente la línea de comunicación directa Norte-Sur” y cerrará el punto de intercambio de Panmunjom, en la zona desmilitarizada. La línea, que fue creada en 1971, ha sido cancelada en cinco ocasiones por Pyongyang desde entonces, la última de ellas en 2010.
La vuelta de tuerca del régimen norcoreano se produce después de que el Consejo de Seguridad aprobara, con el visto bueno de China, lo que la embajadora de Estados Unidos en la ONU, Susan Rice, calificó como “el paquete de sanciones más duro que jamás haya impuesto Naciones Unidas” por haber efectuado el 12 de febrero el tercer ensayo atómico de su historia.
Las medidas dificultan aún más las actividades comerciales de Corea del Norte, obstaculizan sus movimientos financieros, refuerzan los poderes para que otros países inspeccionen los cargamentos de los buques norcoreanos y limitan los movimientos de los diplomáticos norcoreanos en el mundo. La resolución del Consejo ha incrementado la lista de personas vetadas. Según Rice, las nuevas sanciones “incrementan el aislamiento de Corea del Norte y hacen más caro a los líderes norcoreanos desafiar a la comunidad internacional”.
El comunicado del CRPK asegura que la decisión de Naciones Unidas es una prueba de que Washington y sus “marionetas” en Seúl no quieren más que el enfrentamiento. “Las relaciones Norte-Sur han sobrepasado tanto la línea de peligro que ya no pueden ser reparadas y una situación muy peligrosa prevalece en el península coreana, donde podría estallar una guerra nuclear ahora mismo”. Y advierte que el Ejército responderá “sin piedad” a cualquier “intrusión”, “aunque sea de una pulgada”, en su territorio, ya sea por tierra, mar o aire.
Aunque la redacción del comunicado exhibe la habitual retórica del régimen norcoreano y la mayoría de los observadores califican sus amenazas de guerra de bravuconadas, hay temores de que el cóctel formado por el incremento de tensión y las maniobras que están llevando a cabo en la zona Estados Unidos y Corea del Sur y las que prevé hacer la semana que viene el Norte desemboquen en un incidente armado.
KCNA ha asegurado que el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, visitó el jueves una unidad militar emplazada en el frente de batalla que participó en el bombardeo de una isla surcoreana en 2010. Durante la inspección, Kim declaró que el Norte estaba preparado para lanzarse a la guerra y que ordenaría el ataque en todos los frentes ante cualquier provocación.
Según algunos analistas, Pyongyang ha decidido incrementar la tensión en los últimos meses para reforzar la imagen del joven Kim dentro del país y llamar la atención de la comunidad internacional, en un año especialmente importante para la península. En julio, se cumple el 60 aniversario de la firma del armisticio que puso fin a la guerra de Corea. El Norte podría estar intentando forzar la máquina para negociar un tratado de paz definitivo y la normalización de las relaciones con Washington.
Corea del Norte “deroga todos los acuerdos de no agresión alcanzados entre el Norte y el Sur”, ha asegurado el Comité para la Reunificación Pacífica de Corea (CRPK, en sus siglas en inglés) en un comunicado difundido por la agencia oficial KCNA. Un pacto firmado en 1991 fijaba la resolución pacífica de las disputas y la prevención de escaramuzas militares accidentales. El CRPK ha afirmado que este pacto quedará sin validez el lunes, el mismo día que Pyongyang ha amenazado con anular el armisticio que puso fin a la guerra de Corea (1950-1953), pero que nunca se convirtió en un tratado de paz definitivo.
El anuncio también informa al Sur de que “cortará inmediatamente la línea de comunicación directa Norte-Sur” y cerrará el punto de intercambio de Panmunjom, en la zona desmilitarizada. La línea, que fue creada en 1971, ha sido cancelada en cinco ocasiones por Pyongyang desde entonces, la última de ellas en 2010.
La vuelta de tuerca del régimen norcoreano se produce después de que el Consejo de Seguridad aprobara, con el visto bueno de China, lo que la embajadora de Estados Unidos en la ONU, Susan Rice, calificó como “el paquete de sanciones más duro que jamás haya impuesto Naciones Unidas” por haber efectuado el 12 de febrero el tercer ensayo atómico de su historia.
Las medidas dificultan aún más las actividades comerciales de Corea del Norte, obstaculizan sus movimientos financieros, refuerzan los poderes para que otros países inspeccionen los cargamentos de los buques norcoreanos y limitan los movimientos de los diplomáticos norcoreanos en el mundo. La resolución del Consejo ha incrementado la lista de personas vetadas. Según Rice, las nuevas sanciones “incrementan el aislamiento de Corea del Norte y hacen más caro a los líderes norcoreanos desafiar a la comunidad internacional”.
El comunicado del CRPK asegura que la decisión de Naciones Unidas es una prueba de que Washington y sus “marionetas” en Seúl no quieren más que el enfrentamiento. “Las relaciones Norte-Sur han sobrepasado tanto la línea de peligro que ya no pueden ser reparadas y una situación muy peligrosa prevalece en el península coreana, donde podría estallar una guerra nuclear ahora mismo”. Y advierte que el Ejército responderá “sin piedad” a cualquier “intrusión”, “aunque sea de una pulgada”, en su territorio, ya sea por tierra, mar o aire.
Aunque la redacción del comunicado exhibe la habitual retórica del régimen norcoreano y la mayoría de los observadores califican sus amenazas de guerra de bravuconadas, hay temores de que el cóctel formado por el incremento de tensión y las maniobras que están llevando a cabo en la zona Estados Unidos y Corea del Sur y las que prevé hacer la semana que viene el Norte desemboquen en un incidente armado.
KCNA ha asegurado que el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, visitó el jueves una unidad militar emplazada en el frente de batalla que participó en el bombardeo de una isla surcoreana en 2010. Durante la inspección, Kim declaró que el Norte estaba preparado para lanzarse a la guerra y que ordenaría el ataque en todos los frentes ante cualquier provocación.
Según algunos analistas, Pyongyang ha decidido incrementar la tensión en los últimos meses para reforzar la imagen del joven Kim dentro del país y llamar la atención de la comunidad internacional, en un año especialmente importante para la península. En julio, se cumple el 60 aniversario de la firma del armisticio que puso fin a la guerra de Corea. El Norte podría estar intentando forzar la máquina para negociar un tratado de paz definitivo y la normalización de las relaciones con Washington.
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